Un atractivo más de esta área es el Museo de la Sal, donde se puede ver todo el proceso de recolección y secado al sol de la sal. Desde tiempos ancestrales, la naturaleza ha provisto a esta región con abundancia de este apreciado mineral. La sal obtenida de la Laguna de Cuyutlán es un producto de excepcionales cualidades gastronómicas y nutricionales.

Actualmente, uno de los productores de la región se está  enfocando en la producción de sal orgánica, incluyendo la llamada Flor de sal, considerada la más selecta de las sales, pues se obtiene de manera artesanal, reuniendo la fina capa de cristales salinos que flotan en el agua de mar. Al ser un producto bajo en sodio y rico en minerales, sin aditivos, químicos, agentes blanqueadores ni colorantes artificiales, es la favorita de los chefs.

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